
Oda a la lagartija
La luz se interpone entre nosotros,
y un haz de fragante rojo te nombra.
Pareciera un error la unión de escama y folículo piloso,
mas se vuelven irresistibles aquellos labios
de dulce mora.
Un rugir te aclama tras la ventana.
Presencio la ida de otro más.
Es aquél, el llamado que te quiere separar
de la fama eterna sin riesgo de perder ni amar.
¿Será ese tu secreto de vida eterna?
Unas gotas aquí.
Unas gotas aquí.
Rocío Fernández
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